La diabetes es una enfermedad crónica que produce un aumento en los niveles de azúcar (glucosa) en sangre, lo que hace que sea difícil la secreción de insulina. La insulina es la hormona que nos ayuda a transportar la glucosa por la sangre, es decir, un déficit de ella es peligroso porque puede ser causa de enfermedad cardíaca, enfermedad vascular (de los vasos sanguíneos) y circulación deficiente, ceguera, insuficiencia renal, cicatrización deficiente, accidente cerebrovascular y de otras enfermedades neurológicas (que afectan a la conducción de los nervios) porque no transporta las sustancias necesarias para el organismo. La diabetes no puede curarse, pero puede tratarse con éxito. Pueden evitarse las complicaciones ocasionadas por la diabetes mediante el control del nivel de glucosa en sangre, de la presión arterial (tensión arterial) y de los niveles altos de colesterol cuando se presenten.
Tipos de diabetes
Hay diferentes tipos de diabetes, pero las principales son diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2:
-Diabetes tipo 1: enfermedad autoinmune en el que se produce una destrucción de células en el páncreas, lo que genera un déficit absoluto de insulina. Se presenta en la infancia o la adolescencia y requiere tratamiento con insulina durante toda la vida. La causa se desconoce, pero puede ser por factores genéticos o ambientales, por eso este tipo de diabetes no se puede prevenir.
-Diabetes tipo 2: Es la que produce una pérdida progresiva de la secreción de insulina, iniciada tras un proceso de resistencia a la insulina que suele darse en casos de sedentarismo y mala alimentación (por lo general está muy ligado a la obesidad), por ello este tipo si podría prevenir.
Una manera de saber si tenemos esta enfermedad es por sus síntomas que lo normal suele ser: sed excesiva, aumento de la frecuencia urinaria, cansancio, visión borrosa o pérdida involuntaria de peso. Sin embargo, muchas personas con diabetes tipo 2 no presentan síntomas y la enfermedad se descubre después de que el paciente ha sufrido algún problema médico como elevación de la presión arterial, haber sufrido un infarto de miocardio o una trombosis cerebral.
¿Qué debemos hacer si somos diabéticos?
La forma de tratar la diabetes tipo 1 requiere tratamiento con insulina. Pero para ambos tipos, pero sobre todo para la de tipo 2 se requiere una dieta adecuada (dieta mediterránea, ya que está comprobado que reduce los casos en un 40%), el ejercicio físico diario y dejar de fumar junto con el control de los valores de glucosa en sangre.
Si la dieta y el ejercicio no mejoran lo suficiente el control de la glucosa al cabo de 3 meses se añaden medicamentos que reducen el nivel de glucosa en sangre. El tratamiento con medicamentos es seleccionado según las necesidades médicas de la persona. Es posible que se requiera tratamiento con insulina en la diabetes tipo 2 si la dieta, el ejercicio y los medicamentos orales no son suficientes para conseguir un buen control de los niveles de glucosa en sangre. El uso de insulina requiere un control más cuidadoso de los niveles de glucosa en sangre, por lo que se requiere entrenar al paciente para realizarse autocontroles de glucosa en sangre utilizando tiras reactivas y reconocer los síntomas de hipoglucemia (niveles extremadamente bajos de glucosa en sangre).
Cuidarnos de esta enfermedad es muy importante ya que nos puede ayudar a evitar otras enfermedades como he señalado al principio.
Alimentos recomendados en pacientes con diabetes
Una lista de alimentos recomendados seria cereales enteros (avena, arroz, etc.), legumbres, verduras, frutas, carnes magras, lácteos desnatados, pescados y edulcorantes (para evitar el consumo de azúcar, el más aconsejado es el eritritol).
Alimentos que deben evitar los pacientes con diabetes
Alimentos que deberíamos evitar son procesados, carnes grasas como salchichones y chorizos, refrescos azucarados y alimentos ricos en azúcar.
Consejo del nutricionista en pacientes con diabetes
La alimentación del diabético debe ser lo más parecida posible a la recomendada para el resto de la población sana, entendiendo como tal una dieta saludable, variada y equilibrada. El control del peso tiene una importancia fundamental, sobre todo para las personas obesas o con sobrepeso y especialmente en los diabéticos no insulinodependientes. Una dieta hipocalórica contribuirá a alcanzar y mantener un peso saludable que le ayude a controlar la enfermedad. Es recomendable consumir alimentos ricos en sustancias antioxidantes. El deporte y el ejercicio físico contribuyen a disminuir la glucemia. Un ejercicio regular y moderado es beneficioso porque incrementa la eficiencia de la insulina en el control metabólico. No es recomendable realizar una actividad física intensa que pueda desencadenar episodios de hipoglucemia